La física cuántica se centra en comprender los átomos y las partículas que los componen. Se ha confirmado que los átomos, y por ende todo lo que nos rodea, son energía. Esta disciplina nos enseña que podemos transformar nuestra realidad cambiando nuestro modelo energético actual. Así, podemos crear un nuevo patrón energético alineado con nuestros propósitos gracias al poder creador inherente a todos los seres humanos.

Sanando Nuestra Energía

Todos llevamos una memoria celular que refleja vivencias pasadas y condiciona nuestra capacidad creadora. Para co-crear una nueva realidad sin estas limitaciones, debemos trabajar con la física cuántica. Esto implica cambiar nuestras creencias sobre nosotros mismos, elevando nuestra frecuencia vibratoria y conectándonos con nuestro ser superior o doble cuántico.

Herramientas para Crear Nuestra Realidad

Podemos utilizar herramientas que combinen la energía cuántica, la frecuencia cromática de los rayos y la geometría sagrada para ayudarnos a manifestar nuestra realidad deseada. Los símbolos cuánticos, que integran numerología y color, unifican la conciencia estelar, la conciencia de luz y la conciencia de los nativos americanos, permitiéndonos trabajar en áreas como la abundancia, protección y sanación de relaciones.

Podemos Manifestar Nuestro Poder Creador

• Declarando nuestros deseos.

• Usando sólidos platónicos que unifican nuestro ser terrestre y celeste.

• Empleando colores que influyen en nuestra energía, como el naranja para revitalizar o el verde para sanar.

• Integrando números en símbolos para aprovechar sus vibraciones energéticas.

• Incorporando lenguaje planetario en los símbolos para disolver limitaciones y expandir nuestro potencial.

El Gran Despertar Espiritual

Estamos en un proceso de gran despertar espiritual, llamado a liberar cargas del pasado para crear una nueva realidad. Esto implica sanar memorias ancestrales y elevar nuestra frecuencia vibratoria, liberándonos del karma cósmico y terrenal. Aunque puede parecer complejo, se logra siendo nosotros mismos, actuando con coherencia y alineando nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.

Todos tenemos un propósito y, juntos, contribuimos a expandir el universo. La competencia y rivalidad no tienen sentido en este contexto de crecimiento y colaboración universal.