Habitualmente cuando nos marchamos a la cama, lo hacemos muy energizados por las situaciones que hemos vivido a lo largo del día. Quizás has discutido con tu pareja, estás tenso por una determinada situación laboral o simplemente has hablado por teléfono con un amigo y el contenido de esa conversación ha removido tus emociones y te sientes inquieto.
Ante esta situación de inquietud previa a las horas de descanso y en la que preveemos que podemos pasar una noche de insomnio, es importante iniciar un ritual de desconexión mental. También lo podríamos llamar un ritual de conexión a nosotros mismos. En definitiva necesitamos interiorizar y silenciar la mente para poder disfrutar del descanso diario.
Aunque habitualmente puedas recurrir a tomar una infusión relajante, cenar ligero, leer un buen libro, etc. En estos casos sugiero hacer un ejercicio de introspección.
A través de la meditación puedes acallar el ruido mental, conectar con tu cuerpo, tu corazón y dejarte fluir simplemente con tu presencia. Para ello, puedes prender una vela solicitando al “Ángel del sueño” que te permita dormir en paz y te ayude en tu descanso a ver tu camino con claridad. Puedes encender, si te apetece un incienso y permanecer unos minutos sentado con la espalda erguida en una estancia donde haya ausencia de ruidos.
Puedes comenzar a cerrar tus ojos lentamente. Con los ojos cerrados orienta tu mirada hacia arriba. Toma aire por la nariz en 3 segundos, retén el aire un par de segundos y expulsa el aire nuevamente por la nariz tranquilamente en 5 segundos.
Repite este ciclo de respiración al menos 3 veces. Posteriormente vuelve a una respiración libre. Si tus pensamientos negativos aparecen por tu escena mental, imagina un punto de color blanco en tu entrecejo y céntrate en él. Cualquier pensamiento repetitivo que distorsione tu meditación, déjalo marcharse sin prestarle atención. Imagina que esos pensamientos son gotas de agua que resbalan por un impermeable. Déjalos marchar sin más.
Permanece en ese estado de meditación el tiempo que necesites. Puedes reposar tu mano izquierda en el corazón para facilitar la conexión. Cuando sientas que has concluido, mueve tu cabeza de lado a lado suavemente, mueve los dedos de tus manos y a tu ritmo, abre los ojos.
Una vez concluida la meditación, si percibes que aún hay tensión en tu cuerpo, puedes realizar el siguiente ejercicio:
Ejercicio Tensión-distensión
Tendido en la cama, tensa tu cuerpo imaginando que un hilo imaginario tira de tu cabeza y al mismo tiempo de tus pies mientras tomas aire llenando tus pulmones al máximo. Luego suelta el aire y nota la distensión en tus miembros y como éstos se van aflojando. Repite este ejercicio de tensión-distensión al menos 3 veces para hacer que tu cuerpo elimine tensiones.
Este ritual puede ayudarte a descansar plácidamente. Puedes realizarlo a diario o siempre que lo desees. El descanso es fundamente para la salud mental.
En muchas ocasiones nos sentimos coartados por dormir un número determinado de horas. Escuchamos en diferentes medios de comunicación que es importante dormir entre 8-9 horas diarias. Esto indudablemente condiciona tu descanso porque cada persona tiene unas necesidades de descanso diferentes. El descanso es muy personal y apartarte de la exigencia de dormir un número determinado de horas, te va a aportar libertad, paz y disfrutar plácidamente del tiempo que permanezcas pernoctando.
Numerosos estudios avalan la efectividad de la meditación. Científicos de la Universidad de California estudiaron la relación entre la meditación y la estructura física del cerebro. Reclutaron una muestra de 49 personas que meditaban desde hacía 20 años y realizaron resonancias magnéticas del cerebro. El resultado arrojó que los individuos que más tiempo llevaban meditando, generaban nuevas conexiones neuronales, mejoraban física y mentalmente y por supuesto la memoria. Ello lógicamente fue el resultado de la investigación pero por añadidura hay constancia de mejoras en la salud psicológica, en la concentración y en la disminución de los niveles de ansiedad.
Otro tip que ayuda a desbloquear la mente es: con los ojos cerrados mirar al entrecejo con la mirada un poco orientada hacia arriba durante un minuto. Luego abre tus ojos. Este sencillo ejercicio lleva tu mente al estado alfa. Este estado es el que logramos con la meditación.