Toda experiencia tiene su propósito, su fin, su sentido
Este principio encierra una de las claves más profundas de la Kabbalah. Hoy nos adentraremos en el concepto de Tikún, una palabra de origen arameo que significa rectificación o reparación, y que en Kabbalah se asocia con el karma. Sin embargo, lejos de ser una carga, el Tikún es un camino de transformación personal y espiritual.
¿Qué es el Tikún y por qué es relevante?
El Tikún representa la resolución del conflicto entre nuestro Yo Inferior y nuestro Yo Superior. Es ese proceso de aprendizaje que nos invita a enfrentar las asignaturas pendientes de nuestra alma, las cuales no logramos superar en vidas pasadas. No es una condena, sino una gran prueba. ¡Un auténtico llamado a la iniciación espiritual!
En palabras de la Kabbalah, “la vida es un viaje en el que nuestra alma busca sabiduría a través de la experiencia material”. Cada situación que enfrentamos es una pieza clave en este gran rompecabezas.
Despojándonos del velo del ego
Solo somos conscientes del 1% del Universo. Nuestra percepción está nublada por el ego, que nos hace interpretar la vida de manera limitada. Por eso, el autoconocimiento es vital: nos permite expandir nuestra visión, comprender nuestro cometido aquí y conectar con el Universo del que formamos parte.
El autoconocimiento es la llave que abre las puertas de nuestra misión espiritual.
¡El Tikún como un gran maestro!
No hay almas elegidas, sino almas que tienen el valor de elegirse a sí mismas.
Cuando vivimos nuestro Tikún desde el amor, dejamos de sentirnos víctimas de nuestras experiencias y empezamos a aprender de ellas. En lugar de lamentarnos, cambiamos el enfoque:
- Reconocemos el aprendizaje que hay en cada situación.
- Nos conectamos con nuestra divinidad interna.
- Asumimos que nuestras vivencias fueron elegidas en un estado de supraconciencia.
De este modo, dejamos atrás el rol de víctima o victimario y comenzamos a integrar nuestra lección, alineándonos con nuestra misión espiritual.
El Tikún nos enseña que nuestras vivencias son oportunidades disfrazadas de desafíos.
¿Cómo resolver nuestro Tikún?
Resolver nuestro Tikún es un proceso de toma de conciencia y autoobservación. Implica:
- Identificar patrones repetitivos que generan incomodidad.
- Aceptar nuestras experiencias como elecciones espirituales.
- Fluir con humor y gratitud, evitando dramatizar los desafíos.
El Tikún se vive mejor cuando abrazamos las pruebas con confianza y valentía, no como un castigo, sino como una oportunidad de crecimiento.
¡Es tiempo de recordar nuestra esencia!
Vivimos un momento crucial: el planeta está ascendiendo a la quinta dimensión, y con ello, se nos impulsa a soltar memorias kármicas y terrenales. Este proceso, conocido como «despertar de conciencia», nos invita a aligerar nuestra carga emocional y espiritual para alinearnos con las nuevas frecuencias entrantes.
Soltar las memorias del pasado nos libera para avanzar hacia una nueva conciencia.
Los Q’eros, una comunidad indígena peruana, comparten una sabiduría similar: estamos aquí para recordar quiénes somos y avanzar hacia un nuevo estadio de conciencia. Este es un tiempo de unificación de sabidurías ancestrales, desde la Kabbalah hasta el Sincronario Maya.
¡Tú también puedes transformar tu Tikún!
A través de herramientas como la numerología, la astrología, la cábala y otras disciplinas místicas, podemos comprender nuestro plan de vida y sanar, no solo a nosotros mismos, sino también al mundo.
Cuando comprendes tu plan, te sanas a ti mismo y sanas al Universo entero, cada paso hacia tu Tikún es un paso hacia el cielo en la tierra.
Ahora que estamos encarnados, nuestra misión es clara: reconocer nuestro Tikún, aprender de él y vivirlo con amor y gratitud. Cada paso que damos hacia nuestra evolución espiritual nos acerca a experimentar el cielo en la tierra, transformar nuestro Tikún no es sufrir por lo que vivimos, sino vivirlo como una danza con la divinidad.
¡Es tiempo de elegirte a ti mismo, soltar tus cargas y abrazar tu camino con confianza y alegría! Cada lección que integres será un paso más hacia tu plenitud espiritual.