Cómo aprender a identificar tus emociones

 

Durante mi infancia la puerta de salida de mi sufrimiento permaneció cerrada durante años. Callé y callé porque sentía que no sería comprendido.

Ello me llevó a tener una vida interior muy intensa. Desarrollé mucho mi imaginación, me inventaba personajes ficticios para jugar con una realidad donde me divertía, sonreía, bailaba; en ese mundo imaginario yo era feliz.

Tan profunda fue mi vida interior que reflexionaba mucho sobre todo lo que me acontecía. Buscaba soluciones reales o imaginarias para los problemas que me sucedían u ocurrían en el mundo.

Viví mi homosexualidad como una pesada carga que sobrellevaba en mis espaldas. Un peso insoportable que me impedía ser feliz. Era mi gran secreto.

Abrirme a los demás a través de la expresión quizás hubiera podido ser una solución. No obstante, yo viví un proceso de interiorización.

Haciendo una reflexión atrás sobre este proceso, hoy soy consciente de que conectaba con otras realidades que me animaban a continuar mi proceso vital.

Años después descubrí que la meditación ya formó parte de mi vida en la infancia.

Lograba sumergirme en ella gracias al mundo onírico. Mi incapacidad de expresar hizo que desarrollara episodios de sonambulismo.

Desde un nivel de fuerte conexión interior, mi cuerpo se levantaba de la cama y expresaba o intentaba huir a lugares donde ansiaba estar.

Tanta represión no era saludable. Mi cuerpo se rebelaba contra mi mente buscando salidas a mi sufrimiento.

Vivía muy intensamente mis emociones y por ello, mi inconsciente me empujaba a resolverlas en sueños.

La verdadera incógnita de mi vida era yo. No me permitía expresar mis sentimientos.

Deseo indicarte que expresarte es vital y aunque sientas que no serás comprendido, expresar es lo más adecuado porque permanecer callado lleva un importante daño implícito.

Un daño que puede afectar seriamente a tu salud.

¿Sabes que sucede en tu cuerpo cuando callas algo importante durante mucho tiempo?

Inicialmente tu 5º chakra o chakra garganta se bloqueará. Tu cuerpo te mandará leves señales para que expreses.

Estas leves señales pueden ser molestias en la garganta, picor, etc.

Si no escuchas las señales de tu cuerpo, éstas regresarán a ti más intensificadas. Entonces podrás sentir un fuerte dolor de garganta e incluso inflamación.

Se te presentarán situaciones para que expreses ese secreto que te atormenta. Podrás elegir entre expresar o permanecer callado más tiempo.

Llegará un momento que si no expresas porque lo decides así y el sufrimiento sigue incrementándose, el bloqueo energético en tu garganta se cristalizará; o sea, llegará a su expresión máxima.

Entonces podrás desarrollar una enfermedad crónica en tu garganta fruto del inmenso bloqueo de energías provocado por ese silencio elegido y dañino para ti.

Como ves tu cuerpo habla y emite mensajes sutiles para ayudarte en tu evolución personal.

Si te conviertes en un observador de las señales que emite tu cuerpo, podrás reconducir tu vida con éxito y sanar tu cuerpo.

Te recomiendo la lectura del libro “Usted puede sanar su vida” de Louise Hay de edicciones Urano. En este libro puedes descubrir como los pensamientos transforman tu realidad. Te ayuda a tener otra visión sobre el origen emocional de las enfermedades.

Por mi experiencia vital puedo atestiguar el conocido dicho:

“Mens sana in corpore sano”

Llegados a este momento reflexivo tan importante, ¿Has pensado sobre los beneficios de la meditación?

Cuanta más paz acumulas en tu interior, los bloqueos emocionales se disipan, tu cuerpo se relaja. La respiración fluye tranquilamente, el ritmo de tu corazón es perfecto, las tensiones de tu cuerpo se deshacen, tu mente se relaja y la armonía crece en tu interior.

Existen importantes estudios sobre los beneficios de la meditación en tu salud.

La mente es tu peor enemigo. Deseo invitarte a una reflexión sobre “las trampas que te pone tu mente y como utilizarlas en tu beneficio”.

Son muchísimos los pensamientos que visitan tu mente. Es importante cuidar tus pensamientos. Tú eres creador y con tus pensamientos creas tu realidad.

¿Cómo puedes ir cambiando el flujo de tus pensamientos negativos por positivos?

Esto es posible y precisa una  importante implicación de auto observación.

  1. Por ejemplo: entra en tu mente un pensamiento negativo “no consigo retener en mi memoria las lecciones, voy a suspender el examen”.

Aquí podemos emplear decretos positivos:

  • Yo soy un ser valioso y lleno de amor
  • O también podríamos repetir las conocidas frases de “hoponopono”: lo siento, perdóname, te amo, gracias.

Podemos mencionar estas frases el número de veces que deseemos y sintamos hasta que la intensidad del pensamiento negativo vaya bajando.

  • Es importante observar en tu cuerpo la emoción que te produce dicho pensamiento negativo. Si conectas con la emoción que te produce, por ejemplo:
  • El miedo a suspender
  • Tristeza
  • Rabia

Esta identificación de la emoción, te ayudará a indagar a un nivel más profundo sobre lo que te sucede.

Al disponer de dicha información, puedes razonar desde una lógica y deshacer esos pensamientos tóxicos.

  • La meditación. A través de ella inicias un proceso de limpieza energética. Es imprescindible iniciar una meditación sin expectativas.

Cada meditación, como cada momento de tu vida, es diferente pero no por ello no es efectiva. A veces es posible que no logres vaciar tu mente al 100% pero aún así, el efecto de la meditación ha hecho su función en tu psique.

En cada meditación puedes limpiar tu mente de una serie de pensamientos. Quizás otros es necesario que te sigan acompañando un tiempo mayor para que te enfrentes a tus miedos, frustraciones.

Confía en que lo que sucede es lo más adecuado en este momento de tu vida.

Puedes iniciar una meditación simplemente sentándote en una postura cómoda, manteniendo erguida tu columna y cerrando suavemente tus ojos.

Practícala en algún espacio donde puedas disponer de silencio.

Comienza tomando aire por la nariz y expulsándolo nuevamente por ella lentamente.

En tu mente entrarán pensamientos tóxicos del tipo:

  • ¿Qué estoy haciendo? Menuda tontería.
  • Bah, no consigo relajarme.
  • Voy a estar un poco más pero si no me relajo ya, lo dejo porque tengo muchos asuntos que resolver.

Deja que pasen estos pensamientos sin implicarte emocionalmente en ellos.

Imagina que son pensamientos de otra persona, observa como entran y salen de tu mente sin afectarte.

  • Visualiza en tu entrecejo una luz blanca y si te despistas con los pensamientos, vuelve a recrear dicha luz blanca.
  • Si te resulta complicado, vuelve a la inspiración por la nariz y expira muy lentamente.

Es necesario ser constante en la práctica de estos ejercicios. Quizás las primeras ocasiones solo mantengas tu mente en blanco por unos instantes. La reiteración de estos ejercicios irá ayudándote a ir ganando espacio en tu mente para tu paz interior.

Deseo que estas reflexiones te ayuden a cuidar tus pensamientos porque de ellos pende tu felicidad.

Hasta pronto. ¡Ámate, por favor!

 

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